

Aunque la palabra “presupuesto” nos da dolor de cabeza y es lo último que queremos hacer, la realidad es que tener y seguir un sistema de presupuesto es el primer paso para lograr nuestra independencia financiera.
Para crear un presupuesto hay que entender nuestro ingresos y gastos. Una vez que tengamos eso, hay que organizar nuestros gastos en las siguientes 3 categorías:
Todas tenemos diferentes objetivos. Tu puedes querer comprar una casa, mientras tu amiga quiere ahorrar para pagar la colegiatura de sus hijos. Lo importante es definirlos, ponerles un monto, y el tiempo para cuando quieres llegar a ese objetivo. ¿Tienes muchos objetivos? ¡Nosotras también! Puedes tener más de uno, sólo hay que priorizarlos y decidir cuánto le vas a meter a cada uno de ellos cada mes.
Tener un plan financiero y cumplirlo es el mejor camino para lograrlos. Hay varios formas de hacer un presupuesto. No es que una sea mejor que otra en general, simplemente son diferentes tipos y un tipo puede ser mejor que otro específicamente para tí. Sin embargo, todos nos ayudan a organizar nuestra vida financiera y lograr independencia y bienestar económico. Escoge el que más se adapte a tu personalidad y estilo de vida y síguelo. Aquí te dejamos algunos estilos de presupuesto:
Este es nuestro favorito por su sencillez. Funciona de la siguiente manera: el 50% va para cubrir tus necesidades, el 30% para tus gastos personales, y el 20% para tu ahorro e inversión. La creadora de este sistema es Elizabeth Warren, profesora de Harvard, y lo introdujo en su libro ‘All Your Worth: the Ultimate Lifetime Money Plan’. Es un sistema de presupuesto que se ha vuelto muy popular en el mundo ya que es muy fácil y efectivo.
Si bien este 50% es solo una sugerencia: no está escrito en piedra y puede variar dependiendo de cada situación pero te recomendamos usarlo como un punto de referencia. Si ves que tus gastos básicos están sumando más del 50% de tus ingresos, ¡es momento de reducir algunos y tratar de acercar tus gastos fijos lo más posible a ese 50%! Si ese 50% es más de lo que necesitas para cubrir tus gastos básicos y te sobra dinero, puedes sumarlo a tus ahorros.
¡El método te ayuda a organizarte para cubrirlas! Debes de incluir los pagos mínimos de tu deuda o préstamo en la categoría del 50% para gastos fijos, y cualquier monto más allá del mínimo en la del 20% para ahorro e inversión (la cual ahora será ‘Ahorro, pago de deuda e inversión’).
Toma unos sobres y asígnale a cada uno una categoría de gasto. Por ejemplo, un sobre se etiquetará como ‘renta’, mientras que otros se marcarán como ‘pago de deuda’, ‘salón de belleza’, ‘salidas a comer’, etc. Asigna suficiente dinero a cada categoría según tus gastos mensuales. Llena cada sobre con el efectivo de ese mes. Una vez que el sobre está vacío, no puedes gastar más dinero en esa categoría en particular durante el mes.
Este es un sistema rígido para ayudarte a ajustar/reducir gastos o para mantenerte fuera de deudas. Tiene la ventaja que, al usar efectivo, tiende ser más fácil mantenerte en línea con tu presupuesto. Pero también tiene la desventaja que no es conveniente ni recomendable tener todo tu dinero en efectivo pues va perdiendo valor (¡pero de esto hablaremos después!).
¡No! Hay otras dos formas más que te explicaremos en el siguiente blog para que escojas tu favorito y empieces el tuyo.sistema